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<h1 class="has-text-align-center"><strong></strong></h1>
<h1 class="has-text-align-center"><strong>Tzam. Las trece semillas
zapatistas: conversaciones desde los pueblos originarios</strong></h1>
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<figure class="aligncenter size-large is-resized"><img
src="https://tzamtrecesemillas.org/wp-content/uploads/2021/05/tzam_final_logo.png"
alt="" class="wp-image-14" width="50" height="56"></figure>
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<p><strong><strong>Tzam</strong></strong> significa “dialogar” en
ayapaneco, una de las más de 60 lenguas que se hablan sobre
territorio ancestral, sólo que ésta, con sus menos de diez
hablantes, se encuentra en peligro de desaparecer. Tzam, dialogar,
es el corazón de este proyecto.</p>
<p>El primer día de enero de 1994, miles, millones de personas en
México y en muchas partes del mundo, conocieron la historia de los
pueblos mayas organizados en el Ejército Zapatista de Liberación
Nacional (EZLN). Sus motivos y dolores quedaron plasmados en la
Primera Declaración de la Selva Lacandona, documento en el que
desglosan sus intenciones: “Pedimos tu participación decidida
apoyando este plan del pueblo mexicano que lucha por trabajo,
tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia,
libertad, democracia, justicia y paz”, dijeron los insurrectos. Y
en los meses siguientes, ya como producto de sus encuentros con la
sociedad civil, sumaron derechos de la mujer y derecho a la
información. Trece demandas, en total.</p>
<p>Sin duda, los primeros interpelados por esta declaratoria fueron
los pueblos originarios de todo el país, pero el llamado fue tan
amplio y las condiciones imperantes tan generalizadas, que pronto
gente del resto de México y de muchos países de América Latina,
además de Estados Unidos, Italia, Francia, España, Alemania, Japón
y Australia, por mencionar algunos, hizo suyas las demandas.</p>
<p>Hoy, mientras los zapatistas junto con integrantes del Congreso
Nacional Indígena (CNI) emprenden un viaje trasatlántico por una
treintena de países de Europa para encontrarse con sus pares en el
viejo continente, en <em>Desinformémonos</em> nos proponemos un
viaje en paralelo. No es una travesía nueva, pues el EZLN no ha
dejado de recorrerla durante más de 27 años, se trata de acercar
el pensamiento y la creatividad de 130 colaboradores de diversos
pueblos, naciones, tribus y barrios indígenas, quienes dialogarán
con cada una de las demandas/semillas zapatistas, una por mes. En
concreto, 10 participaciones mensuales de diferentes pueblos
indígenas que elaboran sobre su historia y realidad actual,
teniendo como base cada una de las semillas/demandas. Trece
semillas, trece meses, 130 colaboradores y colaboradoras, de mayo
del 2021 a mayo del 2022.</p>
<p>En este proyecto no buscamos que periodistas ni historiadores de
afuera de las comunidades recojan historias y voces de los
pueblos, sino que sean ellos y ellas quienes reflexionen en
diferentes formatos sobre su manera de ver y enfrentar el mundo,
con y sin pandemia. Será su palabra sin mediaciones lo que aquí
encontraremos.</p>
<p>A lo largo de estos trece meses, el diálogo con las semillas se
envolverá en cajitas diferentes: una reflexión escrita, un poema,
un cuento, una canción, una composición musical, un dibujo, una
ilustración, un audio o un video, todo realizado para seguir
armando una parte de este enorme rompecabezas de la resistencia.</p>
<p>“Hay un tiempo para exigir, otro para dar y otro para ejercer”
evaluaron los zapatistas diez años después de su levantamiento.
Las que fueron sus demandas se convirtieron en semillas y en
acciones; y en el centro de la autonomía se mantuvieron no sólo
ellos y ellas, sino muchos de los pueblos que siguen construyendo
con todo en contra.</p>
<p>“Trece es el número sagrado de nuestros abuelos y abuelas. Trece
es la totalidad, trece son sus peticiones. Trece son los
guardianes de la sabiduría. Trece son nuestras demandas”, dijeron
en el año 13 del nacimiento de sus regiones autónomas. Por acá, <strong>tzam</strong>
sigue siendo la apuesta.</p>
<p>Yásnaya Aguilar, Ayutla, Oaxaca<br>
Gloria Muñoz, Ciudad de México<br>
Mayo de 2021</p>
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